En medio de un ambiente cargado de fe, esperanza y orgullo regional, el distrito de Querocotillo fue testigo de un acontecimiento memorable: la inauguración oficial de la Iglesia Las Lagunas, una edificación que trasciende lo arquitectónico para convertirse en un símbolo viviente de unidad espiritual, esfuerzo compartido y renovación cultural en la provincia de Cutervo, Cajamarca.

Impulsada por la visión filantrópica del empresario lambayecano Ernesto Flores Vilchez —figura clave en el desarrollo del norte peruano— esta obra representa el resultado de años de compromiso con las raíces más profundas de nuestra identidad andina y cristiana. No se trata solo de un templo físico, sino de una semilla sembrada en el corazón de una comunidad que anhela crecer en armonía, dignidad y fe.

La ceremonia de apertura contó con la presencia de autoridades locales, representantes del clero, y una multitud de pobladores que, entre cantos litúrgicos, lágrimas de emoción y gestos de gratitud, celebraron este nuevo capítulo en su historia. El acto no solo reafirmó el poder de la espiritualidad colectiva, sino también la necesidad de recuperar espacios de encuentro que fortalezcan los lazos entre generaciones.

Construida con una fusión armónica entre materiales tradicionales de la zona y técnicas modernas de edificación, la iglesia se alza como un faro visible desde distintos puntos del valle. Sus muros no solo resguardan imágenes sagradas, sino también historias de lucha, resistencia y devoción silenciosa de un pueblo que, por siglos, ha mantenido viva su fe pese al olvido del Estado.

"Esta iglesia no es solo un templo, es un legado que le pertenece al pueblo"